Cultura Emprendedora
Es una lástima, pero aún hoy en España, son muchos más los universitarios que prefieren ser funcionarios que los que quieren emprender un negocio. En nuestro país nos falta cultura de emprendimiento, algo que condiciona la propia actitud emprendedora de la población. No se ha planificado nuestra educación para ello, y además tendemos a infravalorarnos; nos cuesta quitarnos el casco de «Calimero». Pero, si bien es bueno ser humilde y saber escuchar para aprender, también debemos darnos cuenta de que el mundo latino es muy creativo, y esa es la base que nos permite hallar una necesidad y diseñar su solución. Así es como se encuentran las oportunidades de negocio. Debemos ser conscientes de nuestras debilidades, para mejorarlas, y de nuestras virtudes, para aprovecharlas. En todos los ámbitos.
Actitud Emprendedora
Se habla mucho de actitud emprendedora e incluso del gen emprendedor. Y es que hay personas cuya mente está programada para ello. Son emprendedores por naturaleza. Sin embargo, la crisis ha provocado que otros muchos se hayan planteado la posibilidad de emprender, sin saber si están preparados o no para hacerlo, en términos de actitud.
¿Emprendedor o Empresario?
En primer lugar, vamos a aclarar las cosas. El vocablo emprendedor es, en gran parte, un eufemismo para evitar la palabra empresario, a la que se suele otorgar connotaciones negativas. Por el contrario, el término emprendedor es más simpático, tiene más glamour pero, realmente, un emprendedor se convierte en un empresario en cuanto sube la persiana por primera vez.
Si al leer la palabra “empresario” te ha venido a la mente la imagen de un señor con chistera, mostacho con puntas hacia arriba y un habano entre sus dedos, olvídalo. Ese es el señor que sale en el Monopoly. Desde ahora, cuando escuches el término “empresario”, recuerda a la viejecita que vende caramelos en un quiosco, al joven mecánico que se ha montado un taller de reparación, o a la simpática chica que vende divertidos cupcakes en la tienda de la esquina, porque todos ellos también son empresarios y han sido emprendedores en un momento dado. Recuerda que, para emprender un negocio, no es necesario disponer de un capital desorbitado. Se puede ser alguien humilde y tener un negocio y eso debe merecernos el máximo respeto(1).
Qué es un Emprendedor
Un emprendedor es alguien con inquietudes, que quiere dirigir su vida hasta el último detalle, alguien que quiere trabajar para sí mismo en lugar de hacerlo para otros, alguien que arriesga una parte importante de su patrimonio, alguien que elimina los límites entre vida personal y vida profesional. Cuando “emprendes” te conviertes en empresario, y tu empresa pasa a ocupar parte de tus pensamientos de forma que, tanto la alegría de los triunfos como las preocupaciones cuando hay dificultades, van contigo a todos sitios y en todo momento.
Visto así, casi asusta. Pero entonces, ¿qué busca un emprendedor nato?
Persiguiendo un sueño
¿Quién no tiene sueños? Todos los tenemos, pero a menudo los olvidamos. El emprendedor es alguien que no quiere renunciar a sus sueños, es alguien que disfruta aceptando el desafío de alcanzarlos, que quiere cambiar las cosas, que está dispuesto a sacrificarse trabajando lo que sea necesario y que no desfallece nunca. Le encanta la adrenalina de asumir el desafío, sentirse libre para tomar las decisiones, elegir a las personas con las que trabajar, e ilusionarse por conseguir crear una empresa a su medida, rentable y que merezca la pena, en un futuro más o menos próximo.
La meta es muy ilusionante. ¿Crees que tienes el Gen Emprendedor? Entonces, sígueme…
(1) Según un informe del Ministerio de Industria de 2016, el 99.88% de las empresas son pymes, y el 95,9% son microempresas, es decir, tienen menos de nueve trabajadores
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